Cómo tener audacia

by Pastor Paul M. Sadler

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“Y [orad] por mí, para que se me dé palabra, para que abra mi boca con confianza, para dar a conocer el misterio del evangelio, por el cual soy embajador en cadenas, para que hable de Èl con confianza, como debo hablar.
— Efesios 6:19,20

En nuestros días modernos hay una gran demanda de éxito instantáneo. Leemos con frecuencia acerca de cuántos han alcanzado la fama y la fortuna prácticamente de la noche a la mañana. Sin embargo, rara vez oímos hablar de las horas de trabajo, práctica, sacrificio y disciplina que se necesitaron para construir esa carrera. La mayoría de las veces solo escuchamos y vemos el resultado final. Muchos han sido engañados y desilusionados al pensar que pueden tener fama y fortuna con poco o ningún esfuerzo.

En estos días que vivimos, el mundo parece tener una poderosa influencia en la vida de muchos creyentes. Por eso muchos miembros del Cuerpo de Cristo están buscando ese libro, conferencia o seminario que les sirva de atajo a la madurez espiritual. Cuando se trata de nuestra vida espiritual y de tener audacia en la fe, queremos resultados instantáneos con poco o ningún esfuerzo. Como Pastor, tendría que decir que para tener audacia en la fe como dice el Apóstol, debe haber tres ingredientes clave:

Tiempo:
Así como el crecimiento físico lleva años, el crecimiento espiritual también lleva tiempo. A medida que llegamos a la madurez espiritual, nos volvemos más y más seguros para hablar por el Señor. Lleva tiempo aprender que tenemos que apartar la vista de nosotros mismos, lo que hace que seamos reacios a hablar por miedo a los hombres.

Disciplina:
Se necesita disciplina para sentarse con la Palabra de Dios y estudiar para adquirir un conocimiento de las Escrituras. No nos referimos simplemente a leer la Biblia con devoción. Se dice que retenemos solo alrededor del 20 por ciento de lo que leemos. Pero, si leemos y estudiamos, retenemos alrededor del 60 por ciento cuando comparamos Escritura con Escritura. Cuanto mejor equipado esté en la Palabra de Dios, más cómodo se sentirá para compartir la verdad, correctamente trazada.

Consistencia:
Si queremos ganarnos el respeto de los demás para ministrar el evangelio de manera más eficaz, debemos ser consecuentes con la verdad. No suenes trompeta incierta, sé capaz de fundamentar lo que enseñas con el Libro Bendito. No solo debemos decir la verdad en amor de manera consistente, también debemos vivir la verdad. Nuestras vidas son las únicas Biblias que algunos hombres ven. Es por eso que el apóstol Pablo nos advierte que “desechemos la mentira, [y] cada uno hable verdad con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros” (Efesios 4:25). La verdadera audacia en la fe no viene naturalmente, es algo en lo que crecemos a medida que aumentamos en el conocimiento de Aquel que nos ha llamado a la luz gloriosa.