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Crecimiento retardado

¡Qué gozo y compañerismo hay en las reuniones donde están presentes los recién salvos! En el ámbito espiritual, así como en el físico, ¡todos aman a un bebé! Pero el gozo que llena los corazones de los padres amorosos se convierte en amarga tristeza y desilusión si su bebé no crece. La última condición es tan indescriptiblemente triste y vergonzosa como la primera es alegre. Así es en el reino del espíritu. El cristiano “carnal” no ha logrado crecer. Continúa en un estado de infancia prolongada. Debe mantenerse exclusivamente con una dieta de leche porque, aunque sea salvo desde años, todavía no puede “soportar”, o digerir, alimento sólido, todavía es “inexperto en la Palabra” y necesita que se le enseñen las cosas elementales.

El retraso en el crecimiento espiritual se evidencia de muchas maneras, todas las cuales vienen bajo el título de carnalidad o carnales. Se dice que los corintios, tan severamente reprendidos por su carnalidad por el apóstol Pablo, fueron descuidados con la moral (I Cor. 5:1), engreídos (I Cor. 4:18; 5:2), desconsiderados unos con otros. (I Cor. 6:1-7; 8:1,9,12), tacaño (II Cor. 8:6-11; 11:7-9). Mientras poseían el Espíritu, caminaban según la carne.

Una de las indicaciones más marcadas del retraso en el crecimiento espiritual es el interés propio y las luchas partidarias, como se ve en el caso de los creyentes de Corinto. Eran espiritualmente pequeños y mezquinos, por lo que el Apóstol tuvo que escribirles:

“Porque aún sois carnales; porque habiendo entre vosotros envidias, contiendas y divisiones, ¿no sois carnales y andáis como hombres?

“Porque mientras alguno dice: Yo soy de Pablo; y otro, soy de Apolos; ¿No sois carnales? (I Corintios 3:3,4)

Así, la exhortación de Pedro a los “bebés recién nacidos” a “desear la leche pura de la Palabra” para que puedan “crecer por ella”, está precedida por las palabras: “Por tanto, desechando toda malicia y todo engaño, hipocresías, envidias y todas las maledicencias” (I Pedro 2:1). La naturaleza carnal no es terreno apropiado para el crecimiento espiritual.