La cruz de Cristo

by Pastor Paul M. Sadler

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Quizás estás leyendo estas líneas pero no tienes una relación personal con Jesucristo. ¡Queremos que sepas que la vida comienza en el Calvario! Para ilustrar consideremos por un momento la viga vertical de la Cruz. Representa el camino a través del cual se puede restaurar la relación rota entre Dios y el pecador. El camino es el Señor Jesucristo. El Salvador mismo dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6).

En el fondo de vuestros corazones sabéis que no estáis bien con Dios. ¡El pecado te ha separado del Santo del Cielo y ha hecho un desastre en tu vida! Te ha dejado viviendo con miedo a la muerte y al juicio venidero. ¡Lo sé, he estado allí! La salvación no se encuentra en lo que puedes hacer para hacerte aceptable a Dios, sino en lo que Él ya ha hecho por ti en el Calvario.

La única manera de restaurar tu relación rota con Dios es creer que Cristo murió por tus pecados, fue sepultado y resucitó al tercer día (I Corintios 15:3,4). Como dice la canción, “Cuando Él estaba en la Cruz, tú estabas en Su mente”. En el momento en que pongas tu fe en la obra terminada de Cristo, serás perdonado de todos tus pecados: pasados, presentes y futuros. Tenga en cuenta, también, que el día que Cristo murió, todos sus pecados aún estaban en el futuro.

¡Nada en esta vida es gratis, alguien pagó por ello! Esto también es cierto de la provisión de salvación de Dios; Cristo pagó por ello con Su sangre preciosa. Hoy, Dios ofrece la salvación como un regalo gratuito a todos los que depositan su confianza en Su Hijo. Cuando crees en el evangelio, la carga de tus pecados será levantada. Por primera vez en tu vida experimentarás “paz con Dios” por medio de nuestro Señor Jesucristo (Rom. 5:1). Una vez que se establece esta relación, es permanente porque estás sellado por el Espíritu Santo hasta la redención de la posesión adquirida (Efesios 1:13,14).

Podríamos comparar la viga horizontal de la Cruz con nuestra relación con quienes nos rodean. Nuestras vidas tocan la vida de los demás. Dios tiene creyentes en todos los ámbitos de la vida para que aquellos que todavía están fuera de Cristo puedan tener la oportunidad de escuchar las buenas nuevas. Esta viga horizontal también representa la importancia de llegar a nuestros hermanos y hermanas en Cristo que aún no han visto la revelación del Misterio (Rom. 16:25; Ef. 3:8,9), lo que plantea una pregunta importante: ¿cuándo fue la última vez que compartiste el evangelio de Pablo con un amigo cristiano?