Pablo, el maestro-constructor

by Pastor Cornelius R. Stam

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En I Corintios 3:10, el Apóstol Pablo declara por inspiración divina:

“Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, como perito arquitecto [instruido], yo he puesto el fundamento, y otro edifica encima. Pero cada uno mire cómo sobreedifica”.

¿En qué sentido fue Pablo el maestro construtor de la Iglesia, y qué “cimiento” puso él? ¿No dijo él mismo que “nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo”? Sí, lo hizo, ¡y en este mismo pasaje! No buscó poner otro fundamento que Cristo, pero Dios lo había elegido para anunciar a Cristo de una manera nueva.

Algunos años antes, nuestro Señor había preguntado a sus discípulos: “¿Quién decís que soy yo?”, y Pedro respondió instantáneamente: “Tú eres el Cristo [Mesías], el Hijo del Dios viviente” (Mateo 16:16). Así lo habían reconocido los creyentes en general en ese momento (Juan 1:49; 6:69; 11:27; 20:31). De hecho, el reino mesiánico se establecería sobre Cristo como el Hijo ungido de Dios (Mesías significa “ungido”).

Pero con el levantamiento de Pablo, Dios comenzó a formar “la Iglesia que es el cuerpo de Cristo” (Efesios 1:22,23; Col. 1:24,25). Esta es la Iglesia de hoy, y está fundada, no en Cristo como Rey, sino como el Señor exaltado y Cabeza de“un cuerpo” (I Cor.12:13).

Pablo no presenta a Cristo como Mesías, sino como Señor. En Romanos 10:9 declara:

“Que si confesares con tu boca a Jesús como Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.” Nuevamente en I Corintios 12:3: “Nadie puede decir que Jesús es el Señor, sino por el Espíritu Santo”. Y nuevamente en Filipenses 2:9-11, declara que Dios ha exaltado a Cristo hasta lo sumo y le ha dado un nombre sobre todo nombre, “para que toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”.

¿Lo has confesado como tu Señor y Salvador?